Adaptación del cuento
“Toda clase de pieles”
Érase una vez, en un pequeño
pueblecito al norte de España, vivía una familia que no podía tener hijos.
Cierto día, después de muchos años, la mujer se quedó embarazada y tuvieron una
niña tan preciosa que le quitaba la luz al propio sol. Sus padres, decidieron
ponerle el nombre de Shaila y le daban todo el amor que podían ya que era el
fruto de su amor y que tanto les había costado conseguir.
La familia tenía todo lo que
necesitaba, no les faltaba de nada y Shaila jugaba por el pueblo con sus amigos
e iba a la escuela que era algo que la encantaba. Los padres de Shaila iban
cada semana a hacer la compra para la semana siguiente al pueblo principal que
estaba a unos quince kilómetros de donde vivían. Pero esa semana no volvieron y
Shaila tuvo que irse a vivir a la casa de al lado, que era del mejor amigo de
su padre de todo la vida, su padre siempre le había llamado hermano. Tom que
era el nombre de este señor, tenía un hijo de la misma edad que Shaila y
siempre estaban jugando juntos.
Shaila estuvo viviendo desde los
10 años hasta su adolescencia con ellos, pero cuando los niños llegaban a la
adolescencia era lo normal en aquella zona que los padres escogieran con quien
se debían casar sus hijos. Entonces Tom, que había querido muchísimo a Shaila y
la había cuidado como si fuera su hija decidió que ella y Frederick, su propio
hijo, se casaran.
Esta noticia cogió a Shaila por
sorpresa y no le hizo mucha ilusión casarse con el que había sido su hermano
durante todos estos años, aparte de que Fred como ella le llamaba, nunca le
había gustado porque no era precisamente guapo. Ella siempre había soñado con
ser profesora, para poder enseñar a los niños como si fueran suyos, porque
echaba mucho de menos todas las enseñanzas que podrían haberle dado sus
padres. Shaila se pasaba las tardes rebuscando por su casa entre los libros que
ya había leído millones de veces, cosas nuevas que pudiera descubrir de sus
padres y entonces se acordó de un regalo que su madre le había hecho para el
día en que se casara, pero que nunca le habían dejado abrir hasta que no
llegara el gran día.
La pequeña se puso a mirar en los
lugares donde recordaba que podía estar, hasta que al final lo encontró, era
una gran caja en la que había un vestido precioso que Shaila no había visto
nunca y un abrigo con todos los tipos de telas que podía imaginar. Por último,
encontró en una esquinita una cajita muy pequeña en la que ponía: “ESPERO QUE
ESTE ANILLO TE TRAIGA TANTA FELICIDAD COMO A MI, TE QUIERE MAMÁ”.
Shaila se puso muy triste pero a
la vez aquello le dio fuerzas para seguir adelante. Los días pasaban y ella
solo esperaba que la boda no fuese dentro de poco tiempo. Un día Tom reunió a
Frederick y a Shaila y les dijo que cuando terminaran el colegio se casarían y
para eso solo quedaban un par de días. Esta noticia horrorizó a Shaila y le
pidió a Tom como regalo si podía arreglar su casa para poder vivir en ella el
resto de sus días con Fred antes del enlace. Tom aceptó a sabiendas de que eso
le llevaría bastante tiempo, pero se apiado de la niña porque sabía la falta
que le habían hecho sus padres en aquellos años, aunque la dijo que en cuanto
estuviera terminada, el enlace tendría lugar y que se diera la mayor prisa
posible.
Esto alivió a Shaila y la dio un
poco más de tiempo para pensar. El colegio terminó y Shaila se puso manos a la
obra, Fred estaba siempre revoloteando a su alrededor y el que siempre había sido su mejor amigo, empezó a
pasar a ser el pesado de su feo y futuro marido.
Shaila intentaba estar el mayor
tiempo sola mientras trabajaba porque así podía imaginarse como seria su vida
de profesora, todo lo que les enseñaría a sus alumnos y lo feliz que seria.
Cuando era pequeña, su madre le había hablado de un lugar maravilloso al otro
lado del río, en el que la gente no vivía tan bien como ellos, y en el que
podría ser profesora y ayudar a los más desfavorecidos.
Los días pasaban, las semanas,
los meses y la casa cada día estaba más bonita. Shaila veía que poco a poco se
le acaban las cosas por hacer y se acercaba la boda. Una mañana, Tom se acercó
a ella y la dijo que la boda se celebraría en dos días, ya que la casa estaba
terminada y habían esperado ya mucho tiempo. Ésta noticia la sobresaltó y la
entristeció al mismo tiempo. Intentó hacerle cambiar de idea diciéndole que aún
le quedaban muchas cosas por terminar pero Tom, esta vez, no dio su brazo a
torcer.
El siguiente día pasó como otro
cualquiera. Al llegar la noche, Shaila le pidió a Tom si podía quedarse a
dormir esa noche en su casa, porque allí era donde tenía el vestido y daba mala
suerte que el novio lo viera antes de la boda y así a la mañana siguiente ya saldría
preparada. Tom aceptó pero con la condición de que a las nueve de la mañana como tarde, estuviera
en su puerta para dar comienzo al enlace.
Shaila corrió hacia su casa, cogió
una mochila y metió dentro los regalos que le había hecho su madre, excepto el
abrigo de todo tipo de telas que se pondría para no pasar frío por la noche. Tenía pensado fugarse, pero dejando algo de tiempo para que se quedaran dormidos
en la casa de al lado. Después de un par de horas y de haber llenado la mochila
de ropa, comida y los ahorros que había conseguido en esos años, se puso su
nuevo abrigo y empezó a andar. No conocía muy bien el camino hacia el río, pero
su padre le había explicado más o menos como llegar, asique siguió su instinto
y se embarcó en la aventura que le quedaba por delante con una sonrisa en la
cara.
Después de varios días caminando,
quizá una semana, no lo sabía muy bien, Shaila empezó a oír el sonido del agua
que caía como de una cascada y después de pasar por un pequeño bosque lleno de
árboles, por fin encontró el río. Lo primero que hizo fue dar un buen trago de
agua, porque las provisiones que llevaba ya empezaban a escasear, pero lo hizo
con tanto ímpetu que se resbaló y se cayó en el río. Shaila no sabía que hacer
la corriente se la llevaba, hasta que su abrigo se quedó enganchado en una
rama. De repente, notó una mano que tiraba de ella y cuando se giró para mirar
quien era, ya en tierra, vio a un chico guapísimo y sintió algo que nunca antes
había sentido en su interior.
El chico no parecía mayor que
Shaila y la estaba hablando pero se había quedado tan embobada mirándole que no
se había dado ni cuenta. Cuando por fin se levantó le dio las gracias y atendió
a lo que le estaba preguntando. Él, al verla tan asustada le dijo primero su
nombre, Raúl y después la preguntó cómo se llamaba y de donde venía, ella le
dijo que su nombre era Telar y que no tenía padres, así que iba de pueblo en
pueblo siguiendo el río, por nada del
mundo quería que la descubrieran por si venían a buscarla. Raúl la dijo que le
acompañara a su casa y le preguntaría a su madre si podía quedarse con ellos, al chico le había parecido guapísima y sin maldad, por eso la invitó a vivir en su casa.
Cuando llegaron, habían ido hablando
por el camino y él le había estado contando que vivía con su madre y su hermano
pequeño pero que no tenían mucho, como todo el mundo en aquel pueblo,
simplemente lo justo para poder sobrevivir. La madre de Raúl, la invitó a
pasar, se quedó asombrada por lo guapa que era y la hizo hueco en una de las
habitaciones.
Telar estuvo viviendo allí
ayudando a la madre de Raúl con las labores del hogar, cosa que no había llegado
a hacer nunca y enseñando a Álvaro el hermano pequeño, a leer y a escribir.
Solo Raúl había podido ir al colegio, porque desde que murió su padre solo
llegaba un pequeño sueldo y no se lo podían permitir. La madre de Raúl
trabajaba un día a la semana limpiando casas en el pueblo de al lado.
Cada día Telar iba sintiendo algo
más por Raúl, así que decidió averiguar si el sentía lo mismo por ella. Esa
noche Telar dejó un tipo de tela de su abrigo en los únicos zapatos que tenía
el chico. Cuando Raúl fue a ponerse los zapatos al día siguiente se encontró
con el trocito de tela y pensó, que habían sido las ratas que habrían
destrozado otra camiseta u otra manta, pero le pareció tan bonito que lo guardó
en el cajón de su mesilla. Los días siguientes ocurrió lo mismo y Raúl fue
guardándolos todos en su mesilla, preguntándose quién sería el que los estaba
poniendo allí. Cierto día, vio que Telar ya no se ponía su abrigo y se coló en
su habitación a buscarlo, dándose cuenta de que le faltaban muchos partes y ya
no estaba completo. Raúl volvió a su habitación a por la tela y se fijó en que
en cada trozo había una palabra, los juntó y vio que contaban una pequeña
historia pero sin final.
Al saber que había sido Telar la
autora de la historia, le entro más intriga por saber el final y mejor si era
de los labios de la chica que poco a poco había conseguido que se enamorara de
ella. Cuando Telar llegó a casa, Raúl le pidió que le contara el final de la
historia, pero Telar le dijo que no sabía de qué la estaba hablando, así que
Raúl espero cada mañana a que el final de la historia llegara por sí solo. Cuando
pareció que el final había llegado, Raúl no pudo esperar más, se acercó a Telar
y la dijo que él también estaba enamorado de ella. Después de esta declaración,
Telar se sinceró con él y le contó su verdadera historia. Raúl la pidió que se
casara con él y Shaila aceptó sin pensarlo dos veces.
Celebraron una pequeña boda sin
gastos en la que Shaila iba preciosa con el vestido que le había regalado su
madre y Raúl le puso ese anillo que tan feliz la iba a hacer. Con los ahorros
que aún tenía guardados desde que llegó y una pequeña ayuda que les dio la
madre de Raúl compraron una casita en el pueblo y Shaila consiguió el trabajo
de sus sueños ayudando a los niños que tanto lo necesitaban.
Y fueron felices y comieron
perdices...
Argumentación sobre los cambios realizados
La adaptación que he realizado la
he dirigido para los niños y niñas de entre 9 y 10 años o los de 11 a 12.
Siendo también una historia que se puede contar para los cursos inferiores.
El cuento adaptado es el de “Toda
clase de pieles”, de los Hermanos Grimm, he querido respetar el esqueleto para
mantener la esencia en sí:
- La protagonista recibe mucho amor en su hogar, primero por parte de sus padres y después de su tío postizo.
- Alguien de su familia, en este caso su tío postizo, intenta obligarla a hacer algo que no quiere.
- Shaila pide un favor complicado para retrasar el momento de lo que no quiere cumplir.
- El favor se termina cumpliendo al tiempo.
- Como el momento a retrasar llega, ella no tiene más remedio que fugarse para que no se cumpla.
- Se ve obligada a sobrevivir.
- La encuentran y la llevan a otro lugar.
- En ese lugar oculta su personalidad y realiza trabajos que nunca antes había hecho.
- Se enamora del chico y juega con su doble personalidad.
- Utiliza su astucia para enamorar al chico.
- El chico la acaba descubriendo y ella lo niega.
- El chico la dice que está enamorado de ella y se prometen.
- Son felices para siempre.
Cambios realizados:
- La protagonista de mi historia no es una princesa, pero si una niña que vive acomodadamente y su objetivo principal es llegar a ser profesora.
- Dicha protagonista tiene nombre, para que a los niños les sea más fácil identificarlo.
- No evito la muerte de los padres, pero tampoco especifico que realmente estén muertos. Por lo que la protagonista tiene que irse a vivir con su vecino.
- He eliminado la parte del incesto, ya que considero que es una parte innecesaria para los niños y es algo que no deben saber.
- La obligan a casarse con quien no quiere pero en este caso no son sus padres, es alguien cercano a la familia con el que tiene que vivir, su “tío”.
- Por otro lado, utilizo el recurso del abrigo pero está hecho con toda clase de telas, en vez de con tipos de pieles de animales, para que sea más cercano y fácil de imaginar para los niños de hoy en día.
- En cuanto a los regalos realizados por su madre, he cambiado los tres vestidos por uno solo y un anillo en el que la madre le recuerda lo mucho que la quiere, así como también, un abrigo con toda clase de telas.
- El príncipe, es un chico con pocos recursos económicos, pero cultivado.
- Los pequeños regalos que el príncipe se encuentra en la sopa, en mi adaptación, son trozos de tela que encuentra en sus zapatos.
- El baile en el que se encuentran las tres noches lo he omitido, ya que el chico del que se enamora no tiene en mente el casarse, sino que se enamoran por casualidad, porque sus vidas se cruzan.
- Apuntes del bloque 2.
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